¡Qué lindas que eran las primeras temporadas de Black Mirror! De impecable calidad, relatos construidos minuciosamente que tocaban fibras muy sensibles del espectador, dejándolo sensibilizado, perturbado, con miedo de agarrar el celular o entrar a internet. Nada más alejado de Bandersnach, su última producción, de carácter interactivo, estrenada hace unos días en Netflix.
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