📷 Mi principal preocupación radicaba en dejar el hotel: creo que un parto múltiple me estresaría menos. Quizás hayan podido entrever algo en las crónicas anteriores: tengo una personalidad que mezcla ansiedad con altas dosis de autoexigencia, despiste, torpeza y un enorme imán para que me pasen pavadas (igual creo que en este viaje el imán anduvo bastante desactivado, eh). Entonces, cabían todas las posibilidades: quedarme dormida y tener que pagar la estadía de un día más, quedarme dormida y que no me digan nada, despertarme tres horas antes calculando mal todos los tiempos, que no cierre la valija, olvidarme cosas en la habitación, que se derrumbe el techo de la habitación, amanecer con gripe y cuando empiezo así a imaginar no paro más. Así que, obviamente, me desperté varias veces mucho antes que suene el reloj hasta que dije ya fue, y me quedé despierta.
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