Recuerdo que la primer entrega de It me había gustado mucho. La había visto por la mañana, en la función de prensa, quedé angustiada y con miedo aún caminando por la calle a plena luz del día. Por supuesto, la expectativa respecto al cierre era muy alta y fue cumplida en gran parte.
Veintisiete años después de los hechos iniciales, las cosas en Derry se complican de nuevo: empiezan a aparecer indicios del regreso de Pennywise. Mike, el único integrante de los Losers que no se fue del pueblo, se contacta con el resto para que cumplan con el juramento que hicieron en su momento: volver al pueblo y terminar con el payaso si regresaba. Claro que cada uno tiene su vida armada, la reunión no es nada fácil y el aceptar la misión menos aún. Primero lo que no está tan bueno: se siente un poco redundante respecto a la primera parte. El grueso de la película pasa por mostrar a los protagonistas enfrentándose a sus miedos de modo individual hasta que se agrupan y se produce el enfrentamiento final. Si, a nivel narrativo pasa más o menos lo mismo, pero a nivel visual se redobla la apuesta: toda la puesta es mucho más ambiciosa, dando la sensación que la producción creció a la par de los chicos. El CGI no sólo es muy realista, sino que además los diseños y las texturas son muy originales, alejándose de lo que estamos acostumbrados a ver. El otro caballito de batalla de It Chapter 2 son las actuaciones: los personajes no sólo fueron casteados siguiendo un fuerte lineamiento de parecido físico, sino que las performances rescatan cada pequeño gesto, modismo y postura de los chicos y los ejecutan con precisión y prolijidad.
Hay dos cosas, sin embargo, que logran ejecutar un miedo por momentos muy profundo. El hecho que Pennywise sepa a qué le teme cada uno, y pueda recurrir de modo directo a sus talones de Aquiles es aprovechado hasta la última gota. Es un miedo mucho más genuino, auténtico y visceral que el que genera cualquier ente desconocido. Un fantasma te asusta. Pero TU fantasma te aterroriza, te inmoviliza, une tu pasado con tu presente para que tiemblen juntos. El miedo les cala los huesos de modo tan profundo que todas las acciones que llevan a cabo las ejecutan debilitados, conmocionados, teniendo que resolver primero un problema interno para poder enfrentarse al monstruo. Y, además, la imposibilidad de diferenciar realidad y alucinación. Pennywise nos sumerge, a la par de los personajes, en un mundo donde los temores más profundos se materializan. O no. Y esa imposibilidad de distinguir qué es real y qué es producto de la mente es otra de las sensaciones más escalofriantes que cualquiera pueda atravesar. Porque juega con un miedo que todos tenemos presente en mayor o menor medida: la pérdida de la cordura.
Lo último que quisiera destacar es el uso del humor: inteligente, dosificado, ubicado en el momento preciso en el cual no interrumpe ningún clima. Algo que deberían aprender gran parte de los estrenos de terror que saturan el mercado a fuerza de jump scares. It Chapter 2 redobla la apuesta de su predecesora en cuanto a la intensidad del miedo y las pretensiones tanto visuales como sonoras, y logra superarla. Aunque uno pueda no estar de acuerdo con algunas cuestiones narrativas, que se sienten redundantes al verla en conjunto con la primera parte, es innegable que es una de las mejores producciones de terror de los últimos años.
Publicada originalmente en Revista cine fantástico y bizarro
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